Sin embargo, vamos a intentar abrir algunos caminos de acercamiento a la respuesta, y tratar de llegar a algunos puestos de peregrinación hacia ella.
En el mundo islámico se produce anualmente lo que se llama la Peregrinación, que tiene un doble significado, uno externo y social, que es la reunión de un conglomerado de gentes, que por lo general llega a los varios millones de individuos, de todas las partes del mundo, de todas las razas, culturas y posiciones sociales, que se hermanan desde lo más exterior hasta lo más interior, desde la vestimenta que usan (porque todos deben utilizar un atuendo blanco sin costuras, ni adornos, ni identificación alguna, para que no haya distinción ninguna entre ellos), tanto como se hermanan interiormente, de corazón, en las prácticas, y en la motivación que los llevó a ese lugar, Meca, el Templo de la Ka’bah (cubo).
Pero, ¿de dónde parte esa muchedumbre?; sale de puntos determinados, de lugares establecidos para tomar el atuendo y el estado de purificación. Hasta ese punto llegan con sus vestimentas, con sus diferencias, con sus mentalidades y falta de experiencia de la verdadera hermandad. Pero allí se despojan del oro, de la plata, y de las distinciones personales, para hermanarse el negro, el blanco y el amarillo, en una sola muchedumbre que se dirige hacia el mismo centro.
En el transcurso de nuestra exposición trataremos espiritualmente de llegar a un punto donde deberemos purificarnos. Hasta allí se puede hablar abstractamente de “Quién es Allah”, pero, análogo a la Peregrinación, desde ese punto hasta la ciudad de Meca, y hasta la Ka’bah (el templo y centro espiritual de la ciudad), se abrirá el camino del conocimiento de sí mismo. Esos puntos de congregación de las muchedumbres, al este y al oeste, al norte y al sur, están todavía lejos de la ciudad y del templo; hasta allí todos llegan con sus diferencias, de ahí en más todos congregan por diferentes caminos hacia un sólo centro que es la Ka’bah, con una sola intención y hermanados por el mismo atuendo de la Peregrinación. Por analogía, a través del conocimiento de nosotros mismos nos despojamos de toda diferencia, y adquirimos la vestimenta de la purificación.
En el transcurso de nuestra exposición trataremos espiritualmente de llegar a un punto donde deberemos purificarnos. Hasta allí se puede hablar abstractamente de “Quién es Allah”, pero, análogo a la Peregrinación, desde ese punto hasta la ciudad de Meca, y hasta la Ka’bah (el templo y centro espiritual de la ciudad), se abrirá el camino del conocimiento de sí mismo. Esos puntos de congregación de las muchedumbres, al este y al oeste, al norte y al sur, están todavía lejos de la ciudad y del templo; hasta allí todos llegan con sus diferencias, de ahí en más todos congregan por diferentes caminos hacia un sólo centro que es la Ka’bah, con una sola intención y hermanados por el mismo atuendo de la Peregrinación. Por analogía, a través del conocimiento de nosotros mismos nos despojamos de toda diferencia, y adquirimos la vestimenta de la purificación.
El sentido espiritual de la Peregrinación es el conocimiento de sí mismo, es un salir al encuentro de sí, ir hacia el centro de sí mismo, así como los hombres van exteriormente hacia la Ka’bah a encontrarse con su Señor.
Esta sería la respuesta real a la pregunta del inicio. Pero nosotros, en nuestra exposición, no podemos hacer más que llegar a los puntos en que debemos sacarnos la ropa exterior, y ponernos el atuendo de la purificación.
3 comentarios:
¡Hola! La pregunta sería:
- ¿Cómo se hace, eso de despojarse de toda diferencia y adquirir la vestimenta de la purificación a través del conocimiento de uno mismos? ¿Cuáles son los pasos a seguir?
RESPUESTA ANONIMO:
Adquirir la vestimenta de la purificación es ser sincero. Ósea, ser sincero con uno mismo, ese es el primer paso, parece fácil pero es el más difícil. No engañarse, no fantasear y aceptar la gran ignorancia acerca de nosotros mismos como individuos, como seres particulares que contemplan la realidad. ¿Por qué es difícil?, Porque hay que ser constante en este asunto. Por un lado tener presente la idea de la ignorancia y por otro no desalentarse. O sea, mantener constante el reconocimiento sobre nuestro grado de ignorancia; y a su vez tener la esperanza anhelante de lograr ese conocimiento de nuestra alma. ¿Cómo lo hacemos después de haber aceptado lo anterior? Aferrándonos a la firme idea de un guía, de un maestro. Y estar dispuestos a su encuentro, no me refiero a una búsqueda como respuesta al " activismo" qué surge desde el ego. Sino al sincero y genuino anhelo, que surge desde nuestro interior como una vertiente de agua del interior de una montaña, y a partir de ese momento No negar su realidad. No estoy hablando de la " necesidad" de un maestro, sino de su propia realidad; de su presencia espiritual purificadora para todos los seres. Otro asunto o paso es la idea de la comunidad; se debe ser fuerte y creer que uno solo aún con el guía no logrará la vestimenta de la purificación hasta que se someta a la prueba de la comunidad; ósea estar rodeado de quienes piensan igual y tienen los mismos anhelos y fortalecerse unos con otros ante las adversidades y debilidades; la fe (y vida buena)es la sinceridad (y el buen consejo). Por eso son las palabras de Jesús hijo de María (P): "Por el árbol reconoceréis el fruto". No menciona solamente el guía (árbol) sino que de alguna forma equipara a la comunidad (frutos), como que son ambos necesarios para el crecimiento espiritual. Por último, y esto para resumirlo en cuatro aspectos o pasos importantes (o impostergables), está el tema de la determinante decisión de apartarse, alejarse de los errores y malos pensamientos cometidos. Cómo aquel que no volvería a ponerse su vestimenta después de haber comprobado la suciedad que lleva la misma.
Sheij Ali al Husaini.
FE DE ERRATA ANTERIOR:
Debe decir: "Por el fruto reconocereis el árbol" divulgadísimo dicho del Profeta Jesus hijo de Maria (P).
Sheij Ali al Husaini.
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