sábado, 13 de junio de 2015

3.PRIORIDAD DEL CONOCIMIENTO SOBRE LA ACCION.

Entrando ya a nuestro tema, sabemos que el Islam es la doctrina revelada a Muhammad (BPDyC) y compilada en el Libro llamado el Sagrado Corán, que significa “la grande o excelsa lectura”, y fue transmitido por Gabriel (P), al cual se llama en el Islam el Espíritu Santo, durante veinte y tres años al Profeta Muhammad (BPDyC). Esa doctrina concierne a todos los aspectos de la vida humana, no es devoción solamente, ni ley externa, es tanto devoción, ley externa, política, vida familiar, vida personal, higiene, pensamiento científico (porque el Sagrado Corán trae principios científicos). Es, en síntesis, un modo de vida, lo que en árabe se llama “Din”. Todos los aspectos de la vida humana están contenidos en esa enseñanza que recibió el Profeta (BPDyC) de parte de su Señor, a través del Espíritu Santo (P).

En el Islam la prioridad está dada antes que nada al conocimiento, no a la acción; se afirma la superioridad del conocimiento, considerándose a la acción como el resultado de lo que el hombre conoce. Esto surge claramente del Sagrado Corán, y de las enseñanzas del Profeta, con él sean las Bendiciones y la Paz, y significa que la conducta del ser humano es el resultado de su estado interior, de su estado de conocimiento, de sus pensamientos. Esta es una constante en todas las tradiciones espirituales: El hombre es lo que conoce.

La creencia del hombre tiene como fruto sus obras, aunque éstas a su vez influyan sobre sus creencias. Por las obras, entonces, conocemos las creencias del ser humano. Lo que cree, lo que piensa, no lo podemos saber a menos que lo conozcamos muy íntimamente, pero sus obras podemos conocerlas, y a través de ellas conocer sus pensamientos, o el grado de su conocimiento, o su estado interior. Sin embargo, esta raíz, que es el estado interior, es la que produce las obras del ser humano. Por lo tanto, es más importante el estado interior, el conocimiento que posee el hombre, que sus mismas obras, pues dicho conocimiento determina todas sus acciones. Aunque debemos reconocer que nunca podremos conocer el interior de una persona como esa misma persona puede llegar a conocerse a sí misma.

Es por ello que sería inútil de nuestra parte responder a “¿Quién es Allah?” de acuerdo al corazón de cada uno de nosotros, pues cada uno dará su propia respuesta, que será diferente a la de otro. Ello no significa que Allah sea diferente en Sí Mismo, o que El vaya variando según la persona de que se trate, sino que cada cual lo alcanza a conocer en un grado diferente, como se conoce el universo, por ejemplo, por parte de un astrónomo, o bien de un comerciante, o de un hombre con cultura general (sin que deje el universo de ser el mismo). Esto demuestra, por otra parte, que el conocimiento de Allah es infinito, ya que El Mismo es Infinito.

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