En consecuencia, partiendo de la prioridad del pensamiento, la respuesta a “¿Quien es Allah?” la debe dar todo ser humano, cada uno por su lado. Allah, en árabe, significa el Amado o el Adorado, es una palabra que no tiene plural, ni femenino, y se traduce generalmente como “Dios”. Pero la palabra “Dios” no contiene el significado entero y tan sublime de la palabra Allah[1].
El hombre, necesariamente, alguna vez, piensa en esa pregunta: “¿Quién es?”, o la piensa bajo esta forma: “¿Existe?”. De alguna manera se la plantea en algún punto de su vida; que después lo olvide, o que trate de ocultarlo, de taparlo, esto ya no interesa. Lo importante es que en algún punto de su existencia se plantea cuál es el Origen de toda la realidad. Si es muy filosófico, o menos filosófico, igual se plantea la cuestión.
En los momentos de angustia, de necesidad, de accidentes, de pérdidas de seres valiosos, en los momentos en que el hombre llega al límite de sus posibilidades, entonces necesita una ayuda, y comprueba que ningún ser humano, ni nada de lo que hay en la naturaleza, lo puede ayudar o auxiliar. En ese momento dirige su pensamiento hacia esa Realidad Suprema pidiendo auxilio, o al menos planteándose si existe, y de ser esto último cierto, anhelando que lo ayude, porque de El depende el hombre.
El problema es que la respuesta a “¿Quién es Allah?”, “¿Quién es el Principio de todas las cosas?”, “¿Quién es la Realidad, el verdaderamente Amable y Adorable?”, “¿Quién es el que está Presente a través de todas las cosas amables, adorables y bellas?”,. “¿Quién es el que le comunica ser al hombre?”, “¿Quién es la Verdad Suprema?”, “¿Quién es el que da respuestas a toda pregunta, a la pregunta más honda?” (a ¿qué soy? etc.), la respuesta a todas estas interrogantes, decíamos, el hombre por lo general las elude, se escapa de ellas, excepto en los momentos de angustia.
[1]El contenido de la palabra “Dios” no es suficiente para expresar la palabra Allah. “Dios” viene de una palabra sánscrita que significa “luz” simplemente. Si bien Allah da ejemplo de Sí con la Luz, El es más que ello, como ya vimos, es “Luz sobre Luz”.
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